miércoles, 14 de marzo de 2012

"Cafú", el futbolista en su "mundo"

El miedo se reflejaba en su mirada, como aquel pajarito cuando se siente amenazado. Su actitud es de un niño de 13 años, aunque su cuerpo sea de unos 40 años.
Dice tener un solo nombre; Franklin, pero los que lo conocen le llaman Cafú, por ser un buen futbolista según dijeron.
Este es otro personaje que deambula por las calles de Portoviejo.
Ha perdido la noción del tiempo, pero no la educación.
El periodista se le carca le pregunta:
  • ¿A qué te dedicas?.
  • Soy betunero señor, responde Franklin.
  • Disculpe la pregunta, pero para que son las fotos y los videos?, reepregunta Cafú.
  • Son para El Diario, queremos contar un poco de tu vida, le responde el periodista.
Poco a poco las personas que se encontraban en la avenida Guayaquil y Rocafuerte, donde se desarrolló la entrevista, se fueron amontonando para escuchar lo que decía Franklin, a pesar de que todos los conocen, nadie nunca se había atrevido a preguntarle sobre su vida, pues pensaban que iba a reaccionar de forma violenta.
Pero lo que sosprendió a todos es que Cafú no habló mucho.
“Vivo por el hospital y soy el mayor de cinco hermanos, mi mamá se llama Blanca y mi papá se llama Segundo”, fue lo que pronunció para luego hacer silencio.
Caminó dos pasos hacía atrás, asustado de ver tanta gente.
“Si eso es todo me puedo retirar señor”, dijo muy educadamente Cafú.
Antes de retitarse dijo que a las 12h00 almuerza donde su mamá.
Lo que si reconoció es que su pasión por el fútbol es tan fuerte que no le importa jugar sin zapatos en cualquier lugar que sea.
Dijo que no tiene los materiales para betunar por eso no está trabajando. En Portoviejo no hay centros de rehabilitación que atienda a estas personas.

sábado, 28 de enero de 2012

Entrevista a Bruno Poggi, presidente de Liga de Portoviejo


Un cuadro en la pared del expresidente del Ecuador Abdalá Bucaram es lo primero que se observa al ingresar a su oficina. Más atrás, hay otro cuadro, pero esta vez está su foto junto con el expresidente.

A la derecha, hay decenas de reconocimientos y diplomas colgados, pero lo que más sobresale es una foto familiar.
Bruno Poggi Guillem ama a su familia y le es fiel al Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). En su escritorio hay varias fotos junto a Bucarám.

¿Cree que Abdalá Bucarám pueda regresar al paris?
Bruno Poggi Él (Abdalá) no regresa ahora porque no hay garantias para hacerlo, esa persona es muy sencilla y humilde y en eso creo que nos parecemos.

¿Cómo se define Bruno Poggi?
B.P. Un cuidadano que ama a su ciudad, soy feliz de vivir en Portoviejo y eso es una de las bendiciones de mi vida, haber nacido aquí. Soy un político activo, apasionado en lo que hago y un convencido de que nuestra sociedad puede cambiar, no me gusta mezclar la política con la religión ni con el deporte.

¿Cómo hace entonces ahora que es Presidente de Liga (P) para no mezclar el deporte ni la política?
B.P. Para mi aceptar la presidencia de Liga fue muy difícil, mi familia no está de acuerdo con esto y he tenido problemas personales por esta situación. Tomé el reto porque si no se tomaba una desición el equipo iba a desaparecer. Yo siempre decía que el día que me retirara de la política me gustaría hacer algo por Liga de Portoviejo, pero las circunstancias se dieron de otra manera y nadie quería hacerse cargo de Liga, absolutamente nadie y yo no podía permitir  que el equipo desapareciera.

¿Ahora que es presidente de Liga dejará la política ?
B.p. No de ninguna manera, cada día estoy más comprometico con la lucha de Abdalá Bucarám (...)yo siempre he dicho que nosotros debemos involucrarnos en los problemas y Liga (P) es un poco el reflejo de la sociedad, todo somos culpables de que el equipo esté donde esté y asimismo todos debemos involucrarnos para que Liga recupere la categoría.

¿Busca Bruno Poggi una plataforma política con Liga (P) para alguna candidatura?
B. P.  (Sonríe) Yo creo que es lo contrario, pues si el equipo no asciende es muy perjudicial para mi politicamente (...) si Liga (P) fracasa, me van a hechar a mi la culpabilidad. Uno tiene que mirar el bosque y no el árbol, en este caso, el bosque el Liga y el árbol es Bruno Poggi (...) no me importaría si pierda politicamente pero sí que Liga ascienda, si yo logro eso, créame que me importa un "comino" lo que me pase en la política.

¿Volvería a ser candidato a alcalde en las próximas elecciones?
B. P. Si me lo hubieses preguntado antes de asumir la presidencia de Liga te hubiese contestado que sí, que esa era mi intención, ahora estoy concentrado en Liga, en conseguir 200 mil dólares para pagar la deuda del equipo y 300 mil más para que el equipo compita, ahora estoy concentrado en el equipo.<

martes, 10 de enero de 2012

REPORTAJE: EL PERIODISTA MÁS POLÉMICO DE LATINOAMÉRICA Jaime Bayly: El 'showman' ya no quiere ser presidente de Perú PAUL ALONSO (El País España)

 Desde 2008, el limeño Jaime Bayly anunciaba que quería ser "el primer presidente bisexual, impotente y agnóstico de Perú" y agregaba que también quería ser "primera dama". "No aspiro a ganar, pero quiero ser candidato. ¿Para qué? Para joder, no quiero cambiar el Perú, solo joder", dijo desde su programa televisivo El francotirador. Este programa, estrenado en 2001 después de la caída del régimen autoritario de Fujimori, se había convertido en un espacio satírico influyente en la escena local. Allí Bayly, con sonrisa cínica y aire pontificador, había desbaratado la candidatura presidencial de la conservadora Lourdes Flores al preguntarle si era virgen, había liderado una campaña para que el expresidente Alejandro Toledo reconociera a una hija extramatrimonial, le había preguntado al reelecto mandatario Alan García si estaba loco. A través del humor y el controvertido personaje que había creado en más de 25 años de televisión, Bayly se había convertido en el periodista más poderoso de Perú, un país que salía de una década de corrupción institucionalizada, con una clase política desprestigiada y en que el entretenimiento y el espectáculo eran componentes esenciales del discurso político.








Lo que no parecía más que otra broma del irreverente Bayly tomó un giro inesperado a comienzos de 2010. Se hizo pública su alianza con el veterano político José Barba, quien lanzaba extraoficialmente al conductor como candidato presidencial de su partido político Cambio Radical. Bayly empezó a aparecer en las encuestas con un 2% de intención de voto y llegó a tener un 10% en Lima. La ciudad comenzó a poblarse de ambiguos carteles promoviendo su candidatura. Junto al cantante popular Tongo, lanzó un tema musical de campaña: Jaime para presidente. Fue un hit instantáneo que acumuló miles de visitas en YouTube.


Desde su columna en un periódico y su programa televisivo, Bayly había explicado las principales ideas de su "plan de gobierno": legalización de las drogas y el matrimonio gay, despenalización del aborto, reducción del poder de la iglesia católica y del presupuesto para las Fuerzas Armadas, y sobre todo una reforma educativa. "El día en que el niño más pobre pueda ir a un colegio gratuito igual de bueno que el colegio al que van mis hijas, ese día sentiré que algo bueno y noble he hecho por mi país", escribía, impregnado de populismo. También ofrecía un indulto al expresidente Alberto Fujimori, encarcelado por violaciones contra los derechos humanos.


La noticia acaparó la atención de la prensa nacional e internacional. Según el veterano periodista César Hildebrandt, el fenómeno Bayly se explicaba "por la ruina de la política peruana y el desastre de la educación". Federico Salazar, periodista y amigo de juventud de Bayly, escribía: "Bayly nos está haciendo participar en un gran reality de la televisión. En ese género se pone una cámara para ver cosas en vivo de una realidad un tanto fingida. ¿No es eso, después de todo, el proceso electoral?". El asunto es que analistas, políticos, gente de la farándula y hasta el mismo presidente del país se manifestaron con respecto a la posible candidatura. "La veo con simpatía", dijo Alan García. "Ha puesto sobre el tapete una serie de temas que nadie pone". Aún ahora, a la distancia, es interesante preguntarse: ¿por qué todos le seguían la corriente?


La respuesta debe estar en el complejo y contradictorio personaje que es Bayly y su escandalosa carrera en los medios. Jaime Bayly Letts (Lima, 1965) es el tercero de 10 hijos de una familia de clase alta. Comenzó como periodista a los 16 años en el diario peruano La Prensa y luego pasó a la televisión como comentarista político serio. Precoz y talentoso, pronto tuvo un programa propio de entrevistas. Fue pionero en adaptar géneros televisivos estadounidenses y se inspiró en David Letterman, en la tradición del stand-up comedy y del late night show. Sus preguntas atrevidas y sus devaneos sexuales lo convirtieron en el "niño terrible" de la televisión peruana. Era, además, la época en que intentó suicidarse y era adicto a la cocaína, tal como él mismo ha revelado repetidas veces en sus escritos. Y poco después, mientras se convertía en una celebridad internacional, se entregó también al oficio de escritor.


Desde que apareció su novela No se lo digas a nadie en 1994, Bayly ha publicado más de una docena de libros. Sus primeras novelas, de intencional tinte autobiográfico, hablaban de jóvenes confundidos de estatus privilegiado, de homosexualidad y de la autodestructiva compulsión de las drogas. En estas historias retrató sin pudor a personajes de la farándula, de la política o de su entorno familiar. Sus libros siempre han jugado con el límite entre la realidad y la ficción. Y a menudo su vida también.








Su posible candidatura llevaba ya varios meses en la agenda noticiosa del país (en secciones de espectáculo y de política). Pocos sabían si era una broma demasiado prolongada o estaban frente al outsider que podía dar una sorpresa en las elecciones de 2011. Ante sus detractores, decía: "No me conocen bien. Hay momentos para bromear y otros para tomarse las cosas en serio... Si yo fuera tan frívolo y holgazán como dicen, no sería candidato, me quedaría ganando dinero en la televisión y publicando mis libros y mis columnas. Ahora debo devolver lo mucho que el destino me ha dado". Pero, en momentos de desilusión y tropiezos, se alejaba de la aventura política. "Espero llegar a los 50 años escribiendo, leyendo, viajando, follando, y en ningún caso siendo presidente del Perú o de ninguna otra tribu", escribía en su columna del diario Peru21.


Este periodo de campaña electoral le sirvió a Bayly no solo para mantener un alto rating televisivo, sino también para dar rienda suelta a su ya habitual exhibicionismo. Siempre había ventilado públicamente sus aventuras amorosas, especialmente las homosexuales, e incluso durante un tiempo le dio por besar a hombres en los labios frente a las cámaras. El beso más famoso fue en España con Boris Izaguirre en Crónicas marcianas y disparó la audiencia del programa.


Con la excusa de buscar una primera dama y siempre bajo el marco del espectáculo, Bayly compartía otra vez con la audiencia-electorado su intimidad. Entrevistó en su programa a su exesposa Sandra Masías, con quien tiene dos hijas, Camila y Paola. Dijo que eran las mujeres más importantes de su vida. También alabó el cariño de su amante argentino, el periodista Luis Corbacho, cuya carrera literaria había apadrinado. El efecto sorpresa fue, sin embargo, presentar ante las cámaras a su nueva amante: Silvia Nuñez del Arco, una hermosa joven de 21 años que aspiraba a ser escritora. Dijo que ella lo había salvado de la impotencia sexual (mal que atribuía a las pastillas antidepresivas que tomaba) y que esperaba que, en algún momento, le diera un hijo.


Una serie de desavenencias hizo que Bayly cortara su relación con el partido Cambio Radical y buscó una nueva plataforma política. Tuvo acercamientos con el conservador Partido Popular Cristiano (PPC). El problema era, según se rumoreaba, que Lourdes Flores, la líder del PPC y quien encabezaba en ese momento las encuestas para la alcaldía de Lima, la misma a la que había preguntado en antena si era virgen, se opuso a aceptar su candidatura presidencial. Bayly entonces se dedicó a atacar en su programa diario a Flores sin descanso y apoyó la candidatura de la izquierdista Susana Villarán, quien se convirtió finalmente en la primera alcaldesa de Lima.


La postura editorial de Bayly y su protagonismo político entraron en conflicto con Frecuencia Latina, el canal peruano donde emitía su programa. Ante las presiones, Bayly arremetió contra Baruch Ivcher, el dueño del canal y le dijo "que se joda". "Este es mi último programa, escríbeme una cartita liberándome del contrato", dijo en el aire. "No necesito a Baruch, no necesito a este canal. Modestamente, creo que más pierde este canal con mi renuncia".





Así terminaba El francotirador a finales de 2010. Sin partido, Bayly también renunciaba a presentar su candidatura presidencial (una de sus razones era que el sueldo de presidente no le alcanzaría para mantener su estilo de vida). También anunció que su novia estaba embarazada. Esta relación le había traído problemas familiares. En su columna semanal, escribía: "La señora Masías [su exesposa] y la señorita Camila [su hija] están notificadas por periódico que deben retirarse de mi casa, puesto que no permito que en mi casa viva gente que agrede de modos tan innobles a una mujer embarazada. La señora Masías debe hacer sus maletas ya mismo, si alguna dignidad le queda".


La relación con su amante argentino, Luis Corbacho, también se había convertido, después de ocho años, en rencor. Ahora, Corbacho opina que esto se debió al "grave estado de salud mental y física" de Bayly, que lo había transformado en un hombre "mentiroso y muy paranoico". El mismo Bayly se ha referido a menudo a su precario estado de salud y a la cercanía de la muerte. "Me da pena por sus hijas, pero me resulta un alivio no estar ahora a su lado viendo cómo se autodestruye sin piedad. Era una sensación horrible presenciar eso, la peor de todas. Jaime es un hombre muy triste y de una personalidad sumamente oscura. Creo que eso se debe a los traumas que le han generado sus padres en la niñez. Su madre es del Opus Dei y nunca aceptó el costado gay de Jaime. Su padre era un ser muy abusivo". Según Corbacho, estos recuerdos y otras impactantes intimidades familiares están detalladas en un libro titulado La sagrada familia, a cuya existencia Bayly se ha referido y ha dejado con instrucciones de publicar póstumamente.


Instalado en Miami, donde nació su tercera hija (Zoe), Bayly se casó con Silvia Núñez y estrenó otro programa de televisión. Pero su rol en las elecciones presidenciales peruanas de 2011 aún no había terminado. Tras la primera vuelta, Keiko Fujimori, la hija mayor de Alberto Fujimori, y Ollanta Humala, un militar retirado, se disputaban el poder. Los medios peruanos estaban polarizados y la mayoría había tomado partido por Fujimori. En este contexto, Bayly fue contratado por América Televisión (del Grupo El Comercio, el más poderoso del país) para emitir cinco programas electorales desde Miami, en los que se dedicó exclusivamente a atacar la candidatura de Humala. A pesar de esto, el 5 de junio de 2011, Humala fue elegido presidente de Perú. Bayly entonces escribió en tercera persona: "El perdedor ha vuelto a perder. No por eso está dispuesto a rendirse. El perdedor sabe que si alguien lo llama en cinco años, volverá a ponerse los guantes para pelear limpia y apasionadamente por sus convicciones".


¿Cuáles serán esas convicciones? ¿Qué pensará ahora del Gobierno de Humala? ¿Tendrá aún ambiciones políticas? ¿Cómo cree que será recordado? Estas son algunas de las preguntas que Jaime Bayly iba a contestar. Sin embargo, inesperadamente, decidió no participar en este reportaje. "Jaime es un hombre muy paranoico", dice Corbacho. "Siempre cree que lo espían, que lo persiguen o que lo van a traicionar. Será por eso que no tiene amigos, que no ve a su familia y que no permite que nadie ingrese a su casa. Cuando estábamos juntos, su habitación era un búnker al que no podía entrar ni el personal de limpieza. Luego tiene la paranoia de que los presidentes lo persiguen y lo quieren mandar matar, por eso cuando vivíamos juntos en Bogotá teníamos cuatro guardaespaldas con ametralladoras que nos seguían día y noche. Era de locos", recuerda.


Es probable que Corbacho hable con despecho. Pero también es probable que Bayly-quien criticaba ácidamente a los políticos que no querían ir a su programa- sea un ser profundamente contradictorio.Hoy, el periodista vive en la isla de Key Biscayne, en Florida, y hace más de un año que no ve a sus hijas. "Les he mandado regalos, dinero y no pocos correos pidiéndoles perdón, pero todo es en vano, por lo visto no me perdonan, no quieren perdonarme o no pueden perdonarme", escribió hace poco. Asegura que no piensa regresar en cinco años a Perú, un país que le "recuerda a la infelicidad".

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un pupitre vacío, una foto y un acróstico

Su asiento está vacío. Es él único de la clase que no está ocupado. En la pared, justo al lado del pupitre, hay un pedazo de cartulina, donde hay escrito un acróstico con su nombre: Gema.

El último año de la academia Luis Alfredo Carbajal no es el mismo.
La risa, la alegría y las ganas de estudiar fueron reemplazadas por la tristeza, depresión y el miedo.
Las amigas de Gema Zambrano, quien fue violada y degollada la mañana del miércoles 31 de agosto, no quieren hablar del tema.
Demuestran temor cuando alguien se les acerca.
Están tristes y espantadas por la forma como murió su "parcera", la que con sus chistes ponía ese toque de humor en clases..

su última nota
fue un 17. Pero no solo es recordada por sus compañeras, sino también por sus profesores.
Magaly Parrága revisaba la última evaluación tomada. La primera hoja era de Gema.
La leyó, recordó a su alumna y la volvió a guardar. Su calificación fue de 17 en Educación Vial. "No pude seguir revisando la evaluación", recuerda.
El día de su muerte sus amigas se preguntaban porqué Gema no había llegado a clases.
Estaba entusiasmada porque ya tenía varios clientes a quienes le tinturaba en cabello.
Ese día, la inspectora Alida Morán tomaba la asistencia.
Gema era la última de la nómina.
Tocó el turno de contestar "presente" a Gema Zambrano Macías, pero lo que escucharon fue un flash informativo en las radios.
"Una menor de 14 años fue violada, estrangulada y degollada dentro de su casa", reportaban los medios.
La atención de la inspectora y alumnas se desvió a lo que decían las radios.
Fue cuestión de segundos para que el nombre de la persona que nombraron en la lista se escuchara, en ese mismo instante, en los medios radiales.
"La fallecida es Gema Zambrano Macías, de 14 años de edad...", se escuchó.
Nadie lo creía. Todos se quedaron sorprendidos de lo que escuchaban.
Creían que era una coincidencia, pero no fue así: Gema estaba muerta.
Hoy se cumplen 9 días de la muerte de Gema.
Su banca sigue vacía, al igual que los corazones de sus compañeras.
Ese lugar es muy difícil de reemplazar, aseguran.
Y así transcurre un día de clases en la academia, con la tristeza de haber perdido una amiga, una alumna, una compañera y con su foto en la pared acompañada de la frase: Siempre te recordaremos GEMA. 

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viernes, 19 de agosto de 2011

Derecho de pernada: Por Mario Vargas Llosa

De muchacho, en los años cincuenta, muchas veces oí en Piura y en Lima a mis compañeros de barrio y de colegio jactarse de haberse desvirgado con las sirvientas de su casa. No lo decían de manera tan científica, sino utilizando una expresión que sintetizaba todo el racismo, el machismo y la brutalidad de una clase social que en aquella época se exhibían todavía sin el menor embarazo en el Perú: “Tirarse a la chola”. Entonces, los niños bien no hacían el amor con sus enamoradas, que debían llegar vírgenes al matrimonio, y para sus ardores sexuales solían elegir entre la prostituta y la criada. Ni qué decir que muchos padres alentaban sobre todo la última opción, temerosos de que la primera  acarreara a sus vástagos una purgación.
El derecho de pernada es antiquísimo y los señores feudales de la Edad Media europea lo legaron a los gamonales y patronos sudamericanos, cuyos estupros y violaciones a las campesinas han sido documentados hasta la saciedad por la novela indigenista. Pero se equivocan quienes piensan que estos atropellos sexuales de los fuertes y poderosos caballeros contra las mujeres pobres y desvalidas han quedado confinados en el mundo del subdesarrollo. La truculenta odisea que vive Dominique Strauss-Khan parecería demostrar que incluso en la civilizada Francia hay señores que, desafiando los tiempos que vivimos, se empeñan en perpetuar aquella siniestra tradición.
Tradición que, dicho sea de paso, nunca se perdió del todo en el país de Proust y Molière. El gran Victor Hugo la practicó asiduamente en sus años otoñales, por ejemplo, y dejó testimonio de ello en un delicioso diario secreto que el erudito Henri Guillemin consiguió descifrar. ¿Es un atenuante, en su caso, que el autor de Los Miserables no violentaba a las sirvientas,  sino estableciera con ellas un pacto contractual y mercantil? Si aquella se dejaba ver sólo los pechos recibía un puñado de  centavos. Si se desnudaba por completo y el poeta no podía tocarla, medio franco. Si estaba autorizado  a acariciarla, un franco. Si el servicio era completo, franco y medio y a veces ¡hasta dos francos! El ilustre vate era muy cuidadoso con los gastos y llevaba una contabilidad maniática, gracias a lo cual hemos podido conocer esas debilidades de su vejez. Para disimularlas, las anotó en su diario en un español desfigurado (Verbigracia: “Visto mucho, cogido todo. Osculum”).
Si la acusación a la que debe hacer frente ante el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York la confirman los jueces, Dominique Strauss-Khan –ex ministro de Economía de Francia, ex Director-Gerente del Fondo Monetario Internacional y, hasta el episodio del Hotel Sofitel, candidato favorito del Partido Socialista para representar a éste en la próxima elección presidencial– practicaba aquel derecho de pernada a la vieja usanza: añadido de golpes y maltratos a su víctima. Los médicos que examinaron a la camarera guineana que denunció al político francés de haberla obligado a practicar sexo oral con él detectaron que tenía desgarrado un ligamento del hombro, hematomas en la vagina y las medias rotas. La Policía, por su parte, ha comprobado la existencia, tanto en la pared como en la alfombra de la habitación, del semen que la camarera dice haber escupido, asqueada, luego de que el presunto victimario eyaculó. Estos son los hechos objetivos y la justicia deberá determinar si aquel sexo oral fue forzado, como dice la camarera, o consensuado, según asegura Strauss-Khan.
Como se ha comprobado que la camarera mintió a la Policía sobre su ingreso a los Estados Unidos –es una inmigrante ilegal– y que tuvo una conversación, en un dialecto guineano, con un hombre detenido por tráfico de drogas, ante el que se habría jactado de querer sacar dinero a su presunto violador aprovechando lo ocurrido, se dice que la acusación se tambalea y que el propio fiscal de Nueva York estaría pensando en encarpetar todo el asunto. Esto ha hecho que, en Francia, donde me encuentro ahora y donde, según una encuesta, un 50% de la opinión pública socialista todavía quisiera que Strauss-Khan sea su candidato presidencial, aparezcan muchos artículos y declaraciones de amigos y camaradas del ex ministro, quienes, encabezados por Bernard-Henri Lévy, atacan con ferocidad a la justicia estadounidense por haber mostrado a la prensa a un Strauss-Khan esposado y humillado, en vez de respetar su privacidad y su condición de mero acusado, no de culpable. Leyendo lo que escriben, parecería que el ex ministro es una especie de mártir y mereciera ser desagraviado.
A mí, en cambio, el personaje me parece repelente y tiendo a creer que lo que la camarera guineana dice de él es verdad. Me seguiría pareciendo repelente incluso si fuera cierto que el sexo oral con que se gratificó aquella mañana neoyorquina fue consensuado, pues, aun si lo hubiera requerido de buenas maneras y pagado por ello, habría cometido un acto cobarde, prepotente y asqueroso con una pobre mujer infinitamente más débil y vulnerable que él, la que se habría sometido a esa pantomima por necesidad o por miedo, de ningún modo seducida por la apostura o la inteligencia del personaje al que encontró desnudo en la habitación que iba a arreglar. “Tirarse a una sirvienta”, por las buenas o por las malas, es un acto innoble y vil, sobre todo cuando el que lo perpetra es un señor de horca y cuchilla, que es lo que era, hasta entonces, el casi intocable Strauss-Khan.
Yo no sé por qué las mentiras de la camarera atenuarían la falta de su presunto violador. Lo que se va a juzgar es si fue o no violada, no si es buena, sincera y desprendida. Si lo determinante para que la acusación prevaleciera no fueran los datos objetivos sino la personalidad y el carácter, el señor Strauss-Khan no quedaría bien parado. Sus antecedentes indican claramente que le gustaron siempre mucho las mujeres y que no tenía el menor empacho en demostrárselo, usando eso que los brasileños llaman la mao boba en las recepciones, ascensores y pasillos, como han hecho público los paparazzi de media Europa. Poco tiempo después de asumir la dirección del Fondo Monetario Internacional se vio envuelto en un lío de faldas, por haberse echado una amante entre sus subordinadas.
Y ahora mismo acaba de abrirse en París otro proceso contra él en el que la periodista y escritora Tristane Banon lo acusa de haber intentado violarla, en el año 2003, cuando fue a entrevistarlo para un libro. Ella fue citada en una especie de garçonnière, un departamento provisto sólo de una cama y unos sillones, y, según la joven,  tuvo que defenderse a patadas y rasguños de su entrevistado, que le rompió el sostén y el calzón mientras luchaban en el suelo. Tristane quiso entonces denunciar el intento de violación, pero su madre le impidió hacerlo, con el argumento de que aquello haría daño al Partido Socialista, en el que ella también militaba. La señora ha confirmado este hecho.
Así pues, si hay indicios negativos en lo que concierne al carácter y la personalidad de la camarera guineana del Hotel Sofitel, las credenciales morales del huésped están lejos de ser prístinas. Todo indica que ese señor superinteligente, ultrapoderoso y millonario estaba acostumbrado a permitirse ciertos excesos en el convencimiento de que a alguien como él esas debilidades le están permitidas, igual que el derecho de pernada a los señores feudales. Lo terrible es que parecería que buen número de sus compatriotas están de acuerdo con él. La indignación contra la Policía y la justicia de Estados Unidos por haber tratado a ese hombre tan importante y prestigioso como a un raterillo capturado in fraganti es casi unánime.
Yo no acabo de entender tanta indignación. El jefe de la Policía neoyorquina ha explicado que los presuntos culpables reciben el mismo tratamiento, se trate de pobres diablos o de banqueros: son llevados esposados al tribunal y expuestos a la prensa. También son presentados a la prensa cuando son declarados inocentes por la justicia, ya sin esposas. No ha habido encarnizamiento alguno contra Strauss-Khan. Pero, eso sí, no tuvo un tratamiento preferencial, debido a su ilustre investidura en el mundo financiero. Mucho me temo, por las cosas que leo estos días en París, que en su propio país hubiera recibido ese tratamiento preferencial, y, probablemente, jamás hubiera sido juzgado. Eso sí, la camarera guineana habría sido expulsada del país por ilegal, por falsaria y por practicar la prostitución.

La Portada polémica del New York Times

La portada de hoy del diario New York Times ha generado polémica. Mientras la mayoría de los medios se ha enfocado al acuerdo sobre la deuda en Estados Unidos, este diario publicó en primera plana la fotografía de un menor de Somalia desnudo y desnutrido que estaba en un hospital local.
The Huffington Post recogió las declaraciones del director de NYT, Bill Keller, quien aseguró que la foto fue elegida “con más o menos consenso en la sala de editores”. Según explicó, se seleccionó esa imagen de decenas de fotos muy similares.
La historia sobre la deuda tiene cuatro páginas. Sin embargo, aclaró que “no hay razón para eclipsar una catástrofe humana en África. Nuestros lectores pueden seguir más de una historia importante”.
También contó que los periodistas llegaron muy lejos para conocer la calamidad que se vive en Somalia. “Nos enviaron una desgarradora historia y las fotos… Pusimos esa historia sobre la atención de nuestros lectores (la crisis). Ese es nuestro trabajo”, concluyó

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¡No soy puta… soy periodista!!!

Agitando un carnet, la guapa Karen Lotter gritaba “¡No soy puta, soy periodista!”. El problema es que aquel cartoncito era lo único que llevaba puesto. Y su compañero de cama en el burdel también sacó un carnet y vociferó “¡No soy cliente, soy policía!”.

¿Qué historia tan extraña es ésta? Es de las buenas, de aquellas que los colegas deben conocer para contemplar hasta qué extremo pueden llegar algunos buenos periodistas de investigación.
En 1991 nuestra colega Karen, del “Weekly Mail” de Johannesburgo, decidió culminar un reportaje sobre abusos policiales a prostitutas haciéndose pasar por una de ellas. Era la mejor manera, pensó, de atrapar con las manos en la masa a esos malos detectives.
Se puso de acuerdo con el operador de las “señoritas de compañía” y se instaló en el hotel en que aquellas trabajaban, a esperar a que llegara la policía.
El proxeneta, que estaba contento con la idea de vengarse de los policías, se enteró de aquella noche habría redada y se lo advirtió a Karen, quien se preparó para culminar su reportaje.
Llegaron los cliente, se hicieron los tratos y Karen marchó a una habitación con un caballero que, para su infinita sorpresa ¡era un policía miembro de “Brigada contra el Vicio”!!
Los policías que sorprendieron a la pareja acusaron formalmente a la todavía presunta periodista de ejercer la prostitución clandestina. Pero ella ya tenía el material que necesitaba y apenas liberada bajo fianza publicó en su revista un apabullante informe sobre los métodos policiales, abusos y extorsión a las prostitutas.
La venganza policial no se hizo esperar y los fiscales insistieron en que Karen Lotter mentía, que era prostituta profesional y que aquello del carnet y el reportaje eran solo coartadas para encubrir su verdadero oficio.
Por supuesto el caso llegó a los periódicos y al gremio y durante días el juicio acaparó la atención pública porque, entre otras cosas, se debatía si era válido que una periodista pusiera trampas de tal envergadura para conseguir la noticia-denuncia que buscaba.
El Tribunal sudafricano falló en abril del 92 a favor de Karen Lotter y la absolvió del cargo de prostitución clandestina porque, dijo en la sentencia, “merecía el beneficio de la duda”.
Nuestra guapa, emprendedora y valerosa colega tenía entonces 31 años y hoy sigue siendo una respetada e importante profesional con éxitos en su trabajo de Investigación (les recomiendo buscarla vía Google). Pero sin duda aquella faena del burdel pasará a la historia del periodismo temerario y de sacrificio extremo por lograr una buena noticia